martes, 11 de junio de 2013

Atardecer en París

Titulo: Atardecer en París


Si te gusta París...
tienes sentido del humor...
te dejas conquistar por una buena película...
y te pierden las historias de amor...
¡ESTE ES TU LIBRO!

Autor: Nicolas Barreau (París, 1980), de madre alemana y padre francés, estudió lenguas románicas y literatura en la Sorbona. Durante un tiempo trabajó en una librería de la Rive Gauche hasta que finalmente se dedicó a escribir.  Le encantan los restaurantes y la cocina, cree en el destino, es muy tímido y reservado y, al igual que al escritor protagonista de La sonrisa de las mujeres, no le gusta aparecer en público. Sus tres novelas, publicadas originalmente por una pequeña editorial alemana, han conseguido un gran éxito, especialmente La sonrisa de las mujeres, que se ha convertido en un verdadero fenómeno editorial en Alemania y en Italia. 



Resumen: Una novela deliciosa sobre la maravillosa locura que es el amor; sobre todo, el amor en París, algo tan mágico que sólo puede ser cierto. Cinéma Paradis es uno de los poquísimos cines de barrio que aún resisten en el corazón de París, gracias a la pasión de su dueño, enamorado de la chica del abrigo rojo que siempre se sienta en la fi la 17.  En esa pequeña sala se pondrá en marcha el azar para que los sueños se hagan realidad... no sin algún malentendido, pues detrás de las mejores historias de amor siempre hay un gran secreto.
El protagonista que nos narra la historia en primera persona es Allain Bonnard, un joven de treinta años que hace unos meses dejó un buen trabajo en Lyon para volver a París y hacerse cargo del Cinéma Paradis de su tío Bernard. El Cinéma Paradis es uno de esos viejos y antiguos cines que quedan en la ciudad de las luces y que pone reposiciones de antiguas películas con el encanto de antaño. Allain creció bajo la magia de ese cine y aprendiendo de su tío el funcionamiento del negocio, la magia de los antiguos cines que nada tienen que ver con las salas abarrotadas y de última tecnología de ahora donde nunca faltan las palomitas, aprendió a apreciar las buenas películas de antes tan olvidadas hoy en día. Hacerse cargo del cine cuando su tío decide pasar lo que le queda de vida en la Costa azul, supone para Allain la alegría de dedicarse a lo que más le gusta aunque con ella no gane tanto dinero.

 





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